Últimos avances del proceso constituyente y la nueva Constitución

¿Cómo avanza el proceso constituyente y la nueva Constitución?

El proceso constituyente es, simultáneamente, un mecanismo jurídico e histórico y un proceso político y social que articula demandas ciudadanas, negociaciones entre actores y decisiones institucionales. Explicar cómo avanza requiere distinguir fases (origen, deliberación, redacción, ratificación) y observar casos concretos para identificar aprendizajes. A continuación se presenta un análisis detallado, con ejemplos, datos y escenarios plausibles para comprender el estado y las tensiones de cualquier proceso constituyente contemporáneo, con énfasis en la experiencia reciente en Chile como estudio de caso comparado.

Contexto y origen de un proceso constituyente

Un proceso de reforma constitucional generalmente se inicia debido a una crisis política, un pacto de élite para la transición o un movimiento social de gran escala. Sus fundamentos mezclan causas estructurales (desigualdad, carencia de representación), factores desencadenantes específicos (manifestaciones, crisis económicas) y consensos políticos que determinan el procedimiento para modificar la Carta Magna. La fuente influye en la legitimidad y el diseño: cuando se origina a partir de un plebiscito amplio y participativo, suele adquirir mayor impulso. Sin una legitimidad inicial, la nueva Constitución corre el riesgo de ser rechazada en su etapa final.

Fases típicas del proceso constituyente

1. Decisión y reglas de entrada: definición de si habrá plebiscito de entrada y quién convoca (Congreso, Ejecutivo, Asamblea Constituyente). Aquí se acuerdan convención, quórums y plazos. 2. Instancias de participación: consultas territoriales, cabildos, comisiones técnicas, plataformas digitales y asambleas deliberativas. Funcionan para recoger insumos y generar legitimidad. 3. Elección o designación de redactores: modelo plenamente electo (asamblea constituyente), mixto (expertos + ciudadanos) o de expertos. Cada modelo afecta representatividad y tecnicismo. 4. Deliberación y redacción: discusión de principios, capítulos y articulado. Importan quórums de aprobación y normas de coherencia. 5. Plebiscito de salida: ratificación popular del texto. Puede requerir mayoría simple, calificada o mecanismos alternativos (votos por secciones). 6. Implementación y transición normativa: leyes de desarrollo, cortes constitucionales, institucionalización de nuevos derechos.

Análisis de caso: Chile — logros, conclusiones y aprendizajes

– Origen: protestas masivas en 2019 por desigualdad y problemas sociales motivaron un acuerdo político para someter a plebiscito la redacción de una nueva Constitución. – Plebiscito de entrada (25 de octubre de 2020): el Apruebo obtuvo aproximadamente un 78% de los votos a favor de iniciar un proceso constituyente, y el Convención Constitucional fue el mecanismo elegido para redactar el texto. – Elección de constituyentes (mayo 2021): se eligieron 155 miembros, con paridad de género y 17 escaños reservados para pueblos indígenas, con una presencia destacada de independientes y movimientos sociales. – Redacción y entrega del texto: la Convención funcionó entre julio de 2021 y julio de 2022; el reglamento exigía un quórum de 2/3 para aprobar normas, buscando amplios acuerdos. – Plebiscito de salida (4 de septiembre de 2022): el proyecto fue rechazado por aproximadamente un 62% de los votos. – Lecciones inmediatas: alto interés ciudadano no garantiza aprobación; la percepción de contenido impreciso o radical, la comunicación pública y la polarización influyen decisivamente; la forma de deliberación, el ritmo y la educación cívica son factores determinantes.

Razones por las cuales un proyecto puede ser desestimado a pesar de tener una fuerte legitimidad inicial

Desconexión entre expectativas y contenido: cuando el texto no refleja demandas concretas o genera incertidumbre sobre derechos, economía o representatividad. – Comunicación insuficiente: dificultad en explicar efectos prácticos de normas complejas (por ejemplo, sistemas de gobierno, derechos sociales, régimen económico). – Polarización y desinformación: campañas que simplifican o exageran consecuencias minan confianza. – Percepción de precipitación o improvisación: procesos acelerados o conflictos internos entre constituyentes reducen credibilidad. – Temas sensibles mal gestionados: plurinacionalidad, derechos de propiedad, régimen de aguas y sistemas de seguridad social suelen polarizar.

Tópicos frecuentes y su dificultad técnica

1. Derechos sociales: salud, educación y seguridad social como garantías constitucionales originan discusiones sobre financiamiento y regulación normativa. 2. Medioambiente y recursos naturales: el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, la gestión de recursos hídricos y los criterios de protección ambiental requieren un diseño institucional y mecanismos de cumplimiento. 3. Reconocimiento y participación indígena: el modelo de plurinacionalidad o los mecanismos de autonomía local demandan coordinación entre normativas y derechos colectivos. 4. Descentralización y fiscalidad: la transferencia de competencias y recursos a las regiones requiere reformas presupuestarias y coordinación intergubernamental. 5. Sistema político y de control: elección presidencial, parlamento unicameral o bicameral, mecanismos de control y equilibrio; cada alternativa incide en la estabilidad y gobernabilidad. 6. Justicia y derechos fundamentales: la independencia judicial, el acceso a la justicia y los tribunales constitucionales, con exigencias de implementación técnica.

Comparación de los beneficios e inconvenientes de los diseños institucionales

Convención completamente electa: alta legitimidad democrática y diversidad, pero riesgo de fragmentación y falta de expertos. – Comisión de expertos seguida de plebiscito: mayor tecnicidad y coherencia, pero posible déficit de legitimidad y desconexión con demandas ciudadanas. – Modelo mixto (expertos + representantes electos): equilibrio entre conocimiento técnico y representación social; exige reglas claras sobre interacción y quórums. – Proceso escalonado (capítulos y plebiscitos temáticos): permite debates por bloques temáticos, puede reducir polarización pero prolonga el proceso.

Participación ciudadana y legitimidad: métodos efectivos

Reuniones cívicas deliberativas con elección al azar y formación para facilitar decisiones informadas. – Consejos territoriales y temáticos para incluir diversidad regional y sectorial. – Herramientas digitales y consulta pública para recopilar aportes extensos, siempre con métodos de validación y calidad. – Supervisión de la transparencia en el financiamiento de campañas, reuniones abiertas y acceso a información técnica.

Comparaciones internacionales breves y lecciones

Sudáfrica (1996): negociación amplia entre fuerzas políticas y fuerte protección de derechos humanos logró constitución robusta; la inclusión de mecanismos de reparación y equilibrio de poderes fue central. – Colombia (1991): el proceso fue híbrido y permitió incorporar actores diversos; sin embargo, la implementación de cambios requiere políticas públicas sostenidas. – Islandia (2010-2013): intento participativo con foros ciudadanos y consulta en línea mostró potencial pero también límites en llegar a consensos políticos para la aprobación final.

Escenarios plausibles para avanzar tras un rechazo

1. Reinicio con nuevo diseño: acuerdo político para un proceso mixto (expertos + representantes) y nuevo plebiscito de entrada, con calendario y reglas claras. 2. Reforma gradual desde el Congreso: priorizar enmiendas parciales a la Constitución vigente mientras se construye consenso para un proceso mayor. 3. Proceso deliberativo extendido: más tiempo para educación cívica, cabildos y asambleas ciudadanas antes de redactar un nuevo texto final. 4. Bloqueo o estancamiento: polarización que retrasa reformas, lo que puede generar desafección ciudadana y pérdida de impulso reformador.

Elementos esenciales para el logro en la nueva etapa

Consensos básicos entre los partidos políticos que establezcan reglas precisas (quórums, plazos, modos de resolver disputas).
Claridad y control en el financiamiento de campañas y actividades de comunicación.
Iniciativas de formación cívica que detallen los impactos prácticos de las decisiones en la constitución.
Sistemas de participación auténticos que sobrepasen el mero simbolismo y permitan una influencia real en el contenido.
Estrategia de implementación para la transición normativa y financiera hacia los nuevos derechos e instituciones.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

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