En un esfuerzo por fortalecer la unidad dentro del oficialismo, la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, llamó a los partidos que componen el bloque gobernante para una serie de encuentros con la meta de desarrollar un programa conjunto de cara a las próximas elecciones presidenciales, además de establecer una mesa política que guíe las acciones del sector en el contexto político nacional actual.
La propuesta nace en un entorno de significativa división en las fuerzas progresistas, en el que las divergencias de táctica y estrategia han empezado a provocar tensiones que ponen en riesgo la cohesión del bloque oficialista. Frente a esto, Jara intenta adelantarse a un posible enflaquecimiento del proyecto político conjunto, estableciendo un espacio de diálogo y coordinación continua entre los partidos que forman la coalición gobernante.
El llamado a la unidad se da en momentos en que la ministra ha sido mencionada como una posible precandidata presidencial, lo que da un peso adicional a su convocatoria. Si bien ella ha evitado referirse directamente a eventuales aspiraciones electorales, su protagonismo creciente en la articulación de acuerdos políticos ha sido interpretado por diversos actores como un intento de posicionarse en el escenario nacional con una propuesta que combine gobernabilidad, diálogo y proyección programática.
La mesa política que propone busca convertirse en un espacio institucionalizado donde converjan los partidos del oficialismo, sus representantes en el Congreso, actores sociales afines y figuras clave del Ejecutivo. Su propósito será generar un programa consensuado que permita avanzar con una hoja de ruta común, no sólo en lo que resta de la administración actual, sino también como base para la plataforma electoral de cara a los próximos comicios presidenciales.
Un aspecto crucial será establecer prioridades legislativas comunes, dentro de un Congreso dividido y con proyectos importantes todavía paralizados. Asimismo, se anticipa que este encuentro facilitará la unificación de discursos en relación a asuntos que han causado divisiones internas, tales como la reforma de las pensiones, las estrategias de seguridad y la función del Estado en la economía.
Desde el partido gobernante, ciertas voces han mostrado respaldo a la iniciativa, destacando la importancia de mejorar la coordinación y sortear diferencias temporales. No obstante, también existen quienes miran con precaución el llamado, señalando que la cohesión no debe ser forzada desde arriba, sino que debe emerger de un diálogo auténtico que permita las diversas perspectivas presentes en el grupo.
En su llamada, Jara destacó que el contexto político actual requiere responsabilidad y generosidad de todos los involucrados. Recalcó que las discrepancias internas no deben frenar el progreso en las reformas estructurales esenciales para el país, y que los partidos en el poder tienen la obligación de presentar una opción sólida y coherente como respuesta a las propuestas conservadoras que han cobrado fuerza recientemente.
A nivel interno, la propuesta también se lee como una estrategia para evitar una dispersión electoral en 2025, lo que podría beneficiar a sectores opositores. En ese sentido, la ministra planteó que la unidad debe construirse desde ahora, no sólo con miras a un candidato común, sino en torno a un programa que recoja las demandas sociales y proyecte un modelo de desarrollo inclusivo, democrático y sustentable.
Las discusiones iniciales con las agrupaciones políticas ya han iniciado, y se anticipa que en las semanas siguientes se establecerá el formato final de la mesa, junto con un primer plan de trabajo. Los asuntos prioritarios incluyen la reforma del sistema de pensiones, los retos fiscales, la descentralización y una propuesta de crecimiento económico con un enfoque redistributivo.
El esfuerzo de Jara representa un intento de recuperar el liderazgo político desde el oficialismo, en un contexto de incertidumbre y deterioro institucional. La factibilidad de este plan no solo dependerá del liderazgo que pueda demostrar, sino también de la habilidad del grupo gobernante para superar disputas internas y centrarse en una visión común del país. La cohesión, en esta situación, no es solo un lema, sino un requisito esencial para seguir gobernando y afrontar con éxito el próximo ciclo electoral.