Vera Rubin: la historia de la astrónoma tras el observatorio chileno con la cámara más grande del mundo

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Vera Rubin fue una astrónoma pionera cuyas contribuciones revolucionaron nuestra comprensión del universo. Nacida el 23 de julio de 1928 en Filadelfia, Estados Unidos, Rubin se destacó desde joven por su curiosidad científica y su pasión por la astronomía. Su vida y obra no solo abrieron puertas en el campo de la astrofísica, sino que también allanaron el camino para las mujeres en una disciplina históricamente dominada por hombres.

Rubin completó su licenciatura en astronomía en la Universidad de Vassar y luego obtuvo su doctorado en la Universidad de Georgetown. Desde el inicio de su carrera, se mostró interesada en el estudio de las galaxias y la materia oscura, un tema que se convertiría en el sello distintivo de su trabajo. A través de observaciones meticulosas, Rubin fue capaz de demostrar que las estrellas en las periferias de las galaxias se movían a velocidades mucho mayores de lo que se esperaba, lo que sugería la existencia de una gran cantidad de materia no visible en el universo, lo que hoy conocemos como materia oscura.

Su investigación, que comenzó en la década de 1970, generó un cambio de paradigma en la astrofísica. A pesar de que sus hallazgos fueron inicialmente recibidos con escepticismo, con el tiempo se convirtieron en fundamentales para la cosmología moderna. La mayoría de los astrónomos hoy en día acepta que la materia oscura constituye aproximadamente el 27% del universo, y gran parte de esta comprensión se debe al trabajo de Rubin.

Vera Rubin no solo destacó como una científica excepcional, sino que también fue una firme defensora de la integración de las mujeres en el ámbito científico. Durante su trayectoria, enfrentó diversos desafíos, que iban desde la escasez de oportunidades hasta la discriminación por género. A pesar de ello, su perseverancia y logros la transformaron en un referente para muchas mujeres en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Frecuentemente dialogaba sobre la relevancia de establecer un entorno más hospitalario y accesible para las próximas generaciones de mujeres científicas.

En honor a su labor, Rubin fue galardonada con múltiples premios y distinciones a lo largo de su carrera, entre ellos, la Medalla Nacional de Ciencias en 1993. A pesar de sus éxitos, ella siempre mantuvo una actitud modesta y se concentró en el valor de la colaboración en el ámbito científico.

Actualmente, su legado se mantiene vigente no solo gracias a sus hallazgos, sino también por la inauguración del Observatorio Vera C. Rubin en Chile, que posee la cámara más grande del planeta. Este observatorio, situado en la Región de Coquimbo, tiene el propósito de realizar un extenso mapeo del firmamento, apoyando la investigación sobre la materia oscura y otros eventos astronómicos. La cámara de este observatorio, conocida como LSST (Large Synoptic Survey Telescope), permitirá a los astrónomos capturar imágenes de todo el cielo en un tiempo récord, abriendo nuevas oportunidades para descubrimientos científicos.

La apertura del observatorio no solo rinde homenaje a Vera Rubin, sino que también muestra su deseo de un futuro en el que la astronomía sea más accesible y se promueva la curiosidad científica. Con el comienzo de las actividades en el observatorio, el legado de Rubin sigue motivando a nuevas generaciones de astrónomos, recordándonos la relevancia de la perseverancia y la curiosidad en la búsqueda del saber.

En conclusión, Vera Rubin no solo fue una pionera en la astronomía, sino un símbolo de la lucha por la inclusión en la ciencia. Su nombre, ahora asociado al observatorio en Chile, representa un homenaje a su contribución inigualable a la comprensión del universo y a la promoción de la igualdad de género en el ámbito científico. Su legado perdurará mientras seguimos explorando los misterios del cosmos.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

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